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María de Nazaret

Mary16thC

Datos personales
Nacimiento ¿20 a. C.?
Fallecimiento ¿40 d. C.?
Vida ¿60 años?
Familia
Cónyuge José de Nazaret
Padres Joaquín y Ana
Hijos Jesús de Nazaret
Hermanos María de Cleofás
Sobrinos Santiago el Menor
Mateo el Evangelista
Suegros Jacob
Nietos No tuvo
Características
Ocupación Ama de casa
Nacionalidad Israelita
Tribu Judá
Leví
Religión Judaísmo (Niñez)
Cristianismo
Raza Semita

María de Nazaret fue la madre virgen de Jesús, concebido por el Espíritu Santo, y la esposa de José de Nazaret.

Biografía[]

Niñez[]

María nació en la provincia romana de Judea, durante el reinado de Augusto, primer emperador de Roma. Sus padres eran Joaquín y Ana y era una pariente de Isabel, un levita de la casa de Aarón. Tras su marcha al Templo, María tuvo una hermana con el nombre de María y esta era María de Cleofás, por lo que Santiago el Menor y, tal vez, Mateo, podrían haber sido sus sobrinos.

Su madre era esteril y su padre fue rechazado en el Templo por un hombre llamado Rubén. Joaquín se afligió y se retiró al desierto. Ana se afligió y rechazó el consuelo de Judit, su sierva. Un ángel se les apareció ambos y les revelo que tendrían un vástago que será objeto de la admiración de todos los siglos hasta el fin del mundo. Y les dio como señal su encuentro mutuo en la Puerta Dorada.

Ana concibio y dio a luz a María y al tercer año la destetó. A los tres años, hablaba y caminaba como una mujer adulta. Fue entregada al Templo como lo prometieron sus padres y subio por la escalera sin volverse ni siquiera a verlos.

La niñez de Jesús[]

A los catorce años, María se comprometió para casarse con José a causa del milagro del bastón de José y este se comvirtió en el guardián de su virginidad. Se fue con él a Nazaret y vivieron en castidad. Antes de que pudieran casarse, el Gabriel, un ángel enviado por Dios, se le apareció y anunció que tendría un hijo que sería concebido por obra del Espíritu Santo; este niño debía gobernar al pueblo de Dios. Gabriel también le dijo que su pariente Isabel, aunque era vieja, también debía tener un hijo.

María viajó a Judea para visitar a Isabel y, cuando llegó, el niño de Isabel en el útero de su madre, saltó e Isabel quedó llena del Espíritu Santo y proclamó la grandeza de María. Habiendo escuchado las palabras de Isabel, María adoró a Dios cantando. Después de quedarse durante tres meses, regresó a su hogar en Nazaret.

Cuando César Augusto ordenó que se realizara un censo en todas las provincias de Roma, se exigió a todos los habitantes que se registraran en sus distritos de origen. Durante este tiempo, María y su prometido descendieron a Belén para inscribirse en el censo. Cuando llegaron a Belén, había llegado la hora de dar a luz y su hijo nació, fue envuelto en pañales y colocado en un pesebre.

Una semana más tarde, María presentó a Jesús para ser circuncidado y nombrado de acuerdo con el nombre dado por el ángel, Jesús. Después de otros treinta y dos días, habiendo cumplido la ley relativa a sus cuarenta días de purificación, regresaron a Nazaret.

Dos años más tarde, aparecieron varios magos con regalos para Jesús y un ángel los envió por otro camino, engañando a Herodes. Un ángel le advirtió a José en un sueño que Herodes estaba celoso y trataría matar al niño. José y María, con el niño, huyeron a Egipto por un tiempo. Después de la muerte de Herodes, la familia regresó a Nazaret y se restableció ahí.

Cuando Jesús creció, María estaba allí a su lado. En algún momento, su esposo José murió, porque durante el ministerio de Jesús no se menciona. Es probable que permanezca viuda, bajo el cuidado de Jesús, mientras continuaba con el trabajo de José como carpintero.

Sí Tuvo Jesucristo Cuatro Hermanos O No Tuvo Cuatro Hermanos O María Tuvo Más Sí Hijos O No Tuvo Más Hijos[]

9 PRUEBAS DE QUE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA NO TUVO MÁS HIJOS La mayor parte de los grupos no católicos atacan mucho a la Virgen María principalmente negando su perpetua virginidad; esto es, aunque aceptan su virginidad antes del parto, niegan su virginidad en el parto y después del parto, señalando especialmente que nuestra Señora tuvo más hijos aparte de Jesús. Varios de los textos bíblicos que ellos utilizan para tener estas ideas son Mt 13,46-47 y Mc 3,31 donde se dice “Tus hermanos” o donde, según la interpretación no católica, hasta vienen los nombres de los hermanos carnales de Jesús: “José, Santiago, Judas y Simón” (Mt 13,56; Mc 6,3). Ante esto, vamos a señalar nueve pruebas por las cuales los católicos decimos que María es siempre virgen. Ojalá que después de estas nueve pruebas no me digan como un pastor pentecostal: “¿Y para qué me sirve la virginidad de María?” La respuesta sería: “¿Y para que te sirve hablar mal de ella?” ¡Ten cuidado! El diablo es el padre de la mentira. No sea que en vez de servir a Dios estés sirviendo al diablo con tus mentiras. Aquí están, pues, las nueve pruebas de la virginidad de María: 1.- En la Biblia, la palabra hermano tiene distintos significados: tío, sobrino, paisano, esposo, etc. Por ejemplo, en Gn 13,8 vemos que Abraham dice a Lot que son “hermanos”, pero en Gn 11,27 y Gn 12, 5 se ve claramente que Abraham es tío de Lot; son, por tanto, tío y sobrino, sin embargo, se dicen “hermanos”. Por lo tanto, no podemos tomar la palabra “hermano” en la Biblia pensando que se refiere siempre a los “hermanos carnales”. Por lo demás, hay varios modismos utilizados por el pueblo de Dios para referirse a los hermanos carnales, como puede verse en Cantar de los Cantares 1, 6, donde la Sulamita dice emotivamente: “No se fijen en que estoy morena, el sol fue el que me tostó. Los hijos de mi madre, enojados contra mí, me pusieron a cuidar las viñas”. En el Salmo 50, 20, el escritor sagrado utiliza las dos expresiones: “hermano”, cuyo significado es más amplio y “hijo de tu madre”, que es más específico: “Si te sientas, hablas mal de tu hermano, deshonras al hijo de tu madre”. 2.- De los famosos hermanos de Jesús mencionados en Mc 6,3 que son José, Santiago, Judas y Simón; vamos a ver si su padre es José y si María es su madre. Por ejemplo, con relación a Santiago, en Mt 10,3 vemos que su padre es Alfeo=Cleofás. Entonces no es hijo de san José. Sobre la madre de Santiago y José vemos en la Biblia que se trata de una mujer llamada María (Mt 27,56; Mc 15,40) pero la misma Biblia aclara que es distinta a la madre de Jesús: “Junto a la cruz de Jesús estaba su madre y la hermana de su madre, María esposa de Cleofás y la madre de los hijos de Zebedeo” (Jn 19,25); por lo tanto, lo más seguro es que la madre de los “hermanos de Jesús” sea pariente (prima) de la Virgen María y los así llamados “hermanos de Jesús” sean, en realidad, parientes (primos) de Jesús. 3.- Si María tenía más hijos, ¿por qué Jesús se la encarga a un extraño (Jn 19,25-27)? La verdad es que la virgen María no tenía más hijos, por eso Jesús, para que su madre no se quedara sola, la entrega al discípulo amado. 4.- En Lc 2,41ss vemos que se habla de la familia de Nazaret: Jesús, María y José; aquí no se habla de otros hijos, por lo tanto no los hay. 5.- En Mc 6 se dice “el hijo de María” no “uno de los hijos de María”; siempre es singular la relación de Jesús con María. 6.- En el esquema bíblico, cada vez que Dios anuncia mediante un ángel a una mujer que concebirá y dará a luz “un hijo”, sólo tiene uno. Por ejemplo: Dios anuncia a Abraham que su mujer, Sara, dará a luz un hijo; pues bien, Isaac es el hijo único concebido y dado a luz por Sara. También pasa lo mismo con la madre de Sansón (Jue 13,3). Otro caso es la esposa de Zacarías (santa Isabel), la cual sólo tuvo un hijo: san Juan Bautista (Lc 1,3). En el caso de María, también se le profetiza que “dará a luz un hijo”; entonces sólo dio luz un hijo, por lo que tampoco en el caso de la santísima Virgen María se rompe el esquema bíblico. 7.- La profecía de Isaías 7,14 dice que “la Virgen concebirá”. La manera en que la gente reconocerá que Jesús es el mesías, es mediante su madre. Si la madre de Jesús tiene más hijos y por lo tanto no es virgen, la señal se pierde. Puesto que los apóstoles reconocieron que Jesús es el mesías y conocían a su madre, podemos concluir en lo que la Iglesia siempre ha creído: la perpetua virginidad de María. 8.- La Biblia dice: “hermanos de Jesús” no dice “hijos de María”. No hay ningún texto en la Biblia que diga “hermanos de Jesús, hijos de María”. Revise la prueba número 1. 9.- Durante los primeros cuatro siglos en la historia de nuestra Iglesia, nadie formuló la idea de que los “hermanos de Jesús” eran sus hermanos carnales. El primero fue Elvidio, hacia el año 380 d. C., y san Jerónimo le respondió rápidamente.

Hermanos de Jesús[]

Los Nombres De Los Hermanos De Jesús, Mencionados En Mt 13,46-47 y Mc 3,31, que son Santiago, José, Judas Y Simón, Son Primos De Jesús.

Los Protestantes Dicen Que Son Hijos De María Y José, Pero No Tienen Prueba Que Lo Sean. En La Biblia Reina Valera, Se Aclara También Que La Virgen María No Tuvo Más Hijos. María Tuvo Un Hijo, Jesús. Entonces Cuántos Hijos Tuvo La Virgen, Ella Solo Tuvo A Jesús. María De Nazaret Permaneció Siempre Virgen, Por Lo Tanto, María Tuvo Un Hijo, Jesús. José Es El Padre Adoptivo De Jesús.

Cuántos Hijos Tuvieron María Y José, Quienes Son Los Padres De Los Hermanos De Jesús[]

En Varios Pasajes Se Menciona A María De Cleofás Como Su Madre Y Cleofás Alfeo Como Su Padre Que Son, Mateo 10,3 Y Juan 19,25.

María, Madre nuestra[]

La Iglesia camina con María, porque ve en ella su mejor modelo, modelo de Virginidad y fidelidad a Dios.

Por: P. Ramón Suero | Fuente: Catholic.net

María ocupa progresivamente un punto singular y eminente en la fe y en la espiritualidad de la vida cristiana por eso María no es solamente la Madre de Dios , sino nuestra madre común, porque ella profesa a todos los hombres afecto e inclinación, ella es madre de todos nosotros y de cada uno. María ha engendrado a los cristianos, pues ella es Madre de Cristo y por tanto, Madre de los cristianos, lo es porque Cristo y los cristianos son hermanos .

En el desarrollo litúrgico, la Iglesia que ora con María en el cenáculo multiplicándose y difundiéndose, ha sentido lentamente la necesidad de orar a María . Pues ella es siempre evocada en la liturgia como Madre Nuestra Madre Mí y Madre de los Pecadores, Madre de la Humanidad: "Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos" . Este mismo concepto se encuentra también en el Común de la Misa del 22 de agosto.

Para que sea fecunda la fe de la Iglesia en María Madre nuestra exige un primer principio o paso: "La Aceptación". El discípulo amado la tomo en su casa (Jn 19, 27).

En el tiempo de la Iglesia María desempeña una función maternal y ejemplar al servicio de la única mediación de Cristo . El culto a María no se detiene en ella, sino que tiende a promover el culto trinitario y a fomentar la configuración de la Iglesia con Cristo . María, por haber entrado íntimamente en la historia de la salvación, reúne y refleja, por así decirlo, los datos principales de la fe .

La confesión de la fe de la Iglesia, atestiguada por los Padres de la Iglesia, sin excepción, e incluido en muchos de los Símbolos de la fe, tanto locales como conciliares, no dejan lugar a duda alguna de que maría como modelo de nuestra fe, es un dato fundamental revelado por la palabra de Dios y por tanto, pertenece al depósito de la fe.

Maria es la vanguardia de la Iglesia. Los discípulos de Cristo se marcharon ante el escándalo de la Cruz; sólo María se mantuvo al pie de la Cruz. María mantiene la fe de la primera comunidad, ya que no había en la Iglesia más que la fe de María. Ella sigue en medio de la Iglesia, en el día de Pentecostés (Hech 1, 14) sosteniendo en su fe la Iglesia naciente: "Ven con nosotros a caminar Santa maría Ven".

La Iglesia camina con María, porque ve en ella su mejor modelo, modelo de Virginidad y fidelidad a Dios.

La Santísima Virgen María, madre de Dios y madre nuestra[]

Que nos sintamos sus hijos y recordar que "un hijo de María jamás se perderá". Por: Silvia del Valle | Fuente: Catholic.net

Mayo es el mes de María por lo que es el tiempo perfecto para conocerla un poco más y sobre todo para acercarnos a ella, para ponernos bajo su protección y cuidado, a nosotros y a nuestra familia.

Debemos recordar que el mismo Jesús nos la dejo al pie de la Cruz para que nos cuide y proteja y nosotros lo único que debemos hacer es acudir a ella, no solo en lo personal sino también en familia y para eso tenemos todo el mes para fomentar nuestro amor por ella. No quiere decir que solo debamos hacerlo en este mes sino que mayo es un mes dedicado a la Virgen María y sería muy bueno aprovecharlo al máximo.

Muchas veces nos cuesta trabajo tener una relación cercana con ella y es aquí donde te quiero compartir mis 5Tips para lograrlo.

PRIMERO. Aprende un poco sobre ella.

Nadie ama lo que no conoce, es por esto que debemos leer un poco lo que el magisterio de la Iglesia nos dice sobre la Santísima Virgen María.

Existen varios documentos a los que podemos tener acceso ya sea en las librerías católicas o en la página web del Vaticano. Uno de ellos es Redemptoris Mater de San Juan Pablo II que nos habla sobre la mariología, otro documento muy bueno es Marialis Cultus de Pablo VI sobre el culto y devoción a María Santísima.

Si nos ponemos a leer un poco sobre la Santísima Virgen es más fácil que la conozcamos mejor y así podamos apreciarla y amarla como a la madre de Dios y madre nuestra también.

SEGUNDO. Investiga sobre las diferentes advocaciones.

Es verdad que existen muchas advocaciones y que a veces nos cuesta trabajo saber a cual de ellas acudir para pedir ayuda y protección pero debemos estar seguros que todas son la misma Virgen Santísima que se hace cercana a nosotros y que, como en algún momento lo dijimos a los niños, se pone diferentes vestidos para ir a visitar a sus hijos de cierto lugar en particular.

Conociendo sus advocaciones podremos adoptar alguna y acercarnos más y más a ella. En cuanto a la familia, siempre es más fácil que nuestros hijos crezcan con el amor a una advocación en particular pero también podríamos ir adoptando a una cada cierto tiempo para que también nuestros hijos puedan escoger la que más les llegue al corazón. ¡Claro! Siempre recordando que es la misma Virgen María. TERCERO. Escoge alguna devoción mariana.

Existen muchas, el santo Rosario, las tres Aves Marías, el Ángelus y en pascua el Regina Caeli, las novenas y las consagraciones, todas son muy buenas y todas nos acercan a la Madre del Cielo.

No importa por cuál empieces, lo importante es que nos hagamos el hábito de rezarle a la Virgen Santísima, de todo corazón, ya sea personalmente o en familia.

Muchos me preguntan que si es mejor en familia y mi respuesta es que si ya que así nos encomendamos todos juntos como hijos suyos, además de que nuestros hijos crecerán con este amor a nuestra Madre y después será difícil que lo dejen porque se hace un estilo de vida.

CUARTO. Conoce las virtudes de la virgen y trata de imitarlas.

María Santísima es modelo de mujer y de madre, por lo que debemos conocer sus virtudes para después poder imitarlas en lo personal y educar a nuestros hijos en ellas.

Algunas de estas intubes son: una fe viva, la humildad profunda, la obediencia ciega a Dios, una esperanza infinita, la oración continua, la mortificación por sus hijos, la pureza, la paciencia heroica, una gran dulzura, la sabiduría que le fue compartida de su divino Hijo y una caridad ardiente.

Sé que todo esto suena inalcanzable para nosotros pero es importante que comencemos a trabajar en estas y muchas otras virtudes que María Santísima tiene para asemejarnos poco a poco y cada día más a ella.

Y QUINTO.  Comparte todo esto con tu familia y los que te rodean.

Todo esto no tiene sentido si no lo compartimos con los que nos rodean, porque cuando amamos a alguien lo queremos gritar a los cuatro vientos, es así que debemos compartir este amor a nuestra Madre del Cielo con los que nos rodean, empezando con nuestros hijos.

Para eso podemos hacer material didáctico que nos ayude a que nuestros hijos pequeños comprendan quién es María Santísima.

Para nuestros hijos más grandes podemos buscar libros adecuados a su edad y madurez como son: Las glorias de María de San Alfonso María de Ligorio, el Nicán Mopohua de Antonio Valeriano, María, mujer y madre del Padre Juan Pablo Ledesma LC. entre otros.

Lo importante es que todos la tengamos presente en nuestra vida personal y familiar, que nos sintamos sus hijos y recordar que “un hijo de María jamás se perderá”.

María, Madre de Dios[]

María es verdaderamente Madre de Dios[]

Pregunta:[]

«¿Cómo puede ser María la madre de Dios, si Dios ya existía antes de que ella naciera?».

Respuesta:[]

En el diccionario encontramos que «madre» es la mujer que engendra. Se dice que es madre del que ella engendró. Si aceptamos que María es madre de Jesús y que El es Dios, entonces María es Madre de Dios.

No se debe confundir entre el tiempo y la eternidad. María, obviamente, no fue madre del Hijo eternamente. Ella comienza a ser Madre de Dios cuando el Hijo Eterno quiso entrar en el tiempo y hacerse hombre como nosotros. Para hacerse hombre quiso tener madre. Gálatas 4:4: «al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer». Dios se hizo hombre sin dejar de ser Dios, por ende María es madre de Jesús, Dios y hombre verdadero.

Entonces, María es Madre de Dios, no porque lo haya engendrado en la eternidad sino porque lo engendró hace 2000 años en la Encarnación. Dios no necesitaba una madre pero la quiso tener para acercarse a nosotros con infinito amor. Dios es el único que pudo escoger a su madre y, para consternación de algunos y gozo de otros, escogió a la Santísima Virgen María quién es y será siempre la Madre de Dios.

Cuando la Virgen María visitó a su prima Isabel, esta, movida por el Espíritu Santo le llamó «Madre de mi Señor». El Señor a quien se refiere no puede ser otro sino Dios. (Cf. Lucas 1, 39-45).

La verdad de que María es Madre de Dios es parte de la fe de todos los cristianos ortodoxos (de doctrina recta). Fue proclamada dogmáticamente en el Concilio de Éfeso, en el año 431 y es el primer dogma Mariano.

Antecedentes de la controversia sobre la maternidad divina de María Santísima:

Los errores de Nestorio[]

En el siglo V, Nestorio, Patriarca de Constantinopla afirmaba los siguientes errores:

Que hay dos personas distintas en Jesús, una divina y otra humana.

Sus dos naturalezas no estaban unidas.

Por lo tanto, María no es la Madre de Dios pues es solamente la Madre de Jesús hombre.

Jesús nació de María solo como hombre y más tarde «asumió» la divinidad, y por eso decimos que Jesús es Dios.

Vemos que estos errores de Nestorio, al negar que María es Madre de Dios, niegan también que Jesús fuera una persona divina.

La doctrina referente a María está totalmente ligada a la doctrina referente a Cristo. Confundir una es confundir la otra. Cuando la Iglesia defiende la maternidad divina de María esta defendiendo la verdad de que, su hijo, Jesucristo es una persona divina.

En esta batalla doctrinal, San Cirilo, Obispo de Alejandría, jugó un papel muy importante en clarificar la posición de nuestra fe en contra de la herejía de Nestorio. En el año 430, el Papa Celestino I en un concilio en Roma, condenó la doctrina de Nestorio y comisionó a S. Cirilo para que iniciara una serie de correspondencias donde se presentara la verdad.

Concilio de Éfeso[]

En el año 431, se llevó a cabo el Concilio de Éfeso donde se proclamó oficialmente que María es Madre de Dios. (Ver: Theotokos).

«Desde un comienzo la Iglesia enseña que en Cristo hay una sola persona, la segunda persona de la Santísima Trinidad. María no es solo madre de la naturaleza, del cuerpo pero también de la persona quien es Dios desde toda la eternidad. Cuando María dio a luz a Jesús, dio a luz en el tiempo a quien desde toda la eternidad era Dios. Así como toda madre humana, no es solamente madre del cuerpo humano sino de la persona, así María dio a luz a una persona, Jesucristo, quien es ambos Dios y hombre, entonces Ella es la Madre de Dios» -Concilio de Éfeso

La ortodoxia (doctrina recta) enseña:

-Jesús es una persona divina (no dos personas)

-Jesús tiene dos naturalezas: es Dios y Hombre verdaderamente.

-María es madre de una persona divina y por lo tanto es Madre de Dios.

María es Madre de Dios. Este es el principal de todos los dogmas Marianos, y la raíz y fundamento de la dignidad singularísima de la Virgen María.

María es la Madre de Dios, no desde toda la eternidad sino en el tiempo.

El dogma de María Madre de Dios contiene dos verdades:

1) María es verdaderamente madre: Esto significa que ella contribuyó en todo en la formación de la naturaleza humana de Cristo, como toda madre contribuye a la formación del hijo de sus entrañas.

2) María es verdaderamente madre de Dios: Ella concibió y dio a luz a la segunda persona de la Trinidad, según la naturaleza humana que El asumió.

El origen Divino de Cristo no le proviene de María. Pero al ser Cristo una persona de naturalezas divina y humana. María es tanto madre del hombre como Madre del Dios. María es Madre de Dios, porque es Madre de Cristo quien es Dios\hombre.

La misión maternal de María es mencionada desde los primeros credos de la Iglesia. En el Credo de los Apóstoles: «Creo en Dios Padre todopoderoso y en Jesucristo su único hijo, nuestro Señor que nació de la Virgen María».

El título Madre de Dios era utilizado desde las primeras oraciones cristianas. En el Concilio de Efeso, se canonizo el título Theotokos, que significa Madre de Dios. A partir de ese momento la divina maternidad constituyó un título único de señorío y gloria para la Madre de Dios encarnado. La Theotokos es considerada, representada e invocada como la reina y señora por ser Madre del Rey y del Señor.

Mas tarde también fue proclamada y profundizada por otros concilios universales, como el de Calcedonia(451) y el segundo de Constantinopla (553).

En el siglo XIV se introduce en el Ave María la segunda parte donde dice: «Santa María Madre de Dios» Siglo XVIII, se extiende su rezo oficial a toda la Iglesia.

El Papa Pío XI reafirmó el dogma en la Encíclica Lux Veritatis (1931).

La Madre de Dios en el VAT II: este concilio replantea en todo el alcance de su riqueza teológica en el más importante de sus documentos, Constitución dogmática sobre la Iglesia, (Lumen Gentium). En este documento se ve la maternidad divina de María en dos aspectos:

1) La maternidad divina en el misterio de Cristo.

2) La maternidad divina en el misterio de la Iglesia.

«Y, ciertamente, desde los tiempos mas antiguos, la Sta. Virgen es venerada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles suplicantes se acogen en todos sus peligros y necesidades…. Y las diversas formas de piedad hacia la Madre de Dios que la Iglesia ha venido aprobando dentro de los limites de la sana doctrina, hacen que, al ser honrada la Madre, el Hijo por razón del cual son todas las cosas, sea mejor conocido, amado, glorificado, y que, a la vez, sean mejor cumplidos sus mandamientos» (LG #66)

En el Credo del Pueblo de Dios de Pablo VI (1968): «Creemos que la Bienaventurada María, que permaneció siempre Virgen, fue la Madre del Verbo encarnado, Dios y salvador nuestro»

En 1984 consagra J.P.II el mundo entero al I.C. de María, a través de toda la oración de consagración repite: «Recurrimos a tu protección, Santa Madre de Dios»

María por ser Madre de Dios transciende en dignidad a todas las criaturas, hombres y ángeles, ya que la dignidad de la criatura está en su cercanía con Dios. Y María es la mas cercana a la Trinidad. Madre del Hijo, Hija del Padre y Esposa del Espíritu.

«El Conocimiento de la verdadera doctrina católica sobre María, será siempre la llave exacta de la comprensión del misterio de Cristo y de la Iglesia»

Y la Madre de Dios es mía, porque Cristo es mío (S. Juan de la Cruz)

Fuente:  Corazones.org

¿Existe base bíblica para afirmar que María es reina del universo?[]

Se escandalizan nuestros hermanos protestantes, cuando escuchan que nosotros los católicos nos referimos a María como “Reina del Universo”. Y para intentar fundamentar su oposición a ello, citan referencias bíblicas, en relación al culto prohibido por Dios hacia la “reina del cielo”:

«Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira» (Jeremías 7:18).

Según ellos, esto argumentaría a su favor de que Dios está en contra de que nosotros consideremos a María como “Reina del Universo”. Pero si se tomaran un poco más de tiempo y analizaran la palabra de Dios con cuidado y sin prejuicios anticatólicos, notarán que la condena hacia ese culto es porque se dirigía a diosas paganas: Astarté, Istar, Afrodita, entre otras denominaciones. Por otro lado, estas “diosas” eran adoradas – como sabemos y enseñamos en la Iglesia Católica la adoración sólo se debe a Dios – y por tanto era obvio que el Señor lo prohibiera. De otra parte, el culto que nosotros rendimos a María, Madre del Señor y Reina del Universo, es de veneración, que tan sólo es un respeto y amor especial, pero nunca de adoración, como equivocadamente sostienen algunos hermanos protestantes mal informados. Vale recalcar que la veneración es diferente a la adoración, como ya demostré en un artículo previo (1).

Veamos ahora que si los católicos consideramos a María como “Reina del Universo” no es para quitarle honor, gloria y honra a nuestro Señor Jesús” Rey del Universo”, sino que justo el hecho de que Jesús sea Rey, es lo que precisamente le confiere a María el título de Reina, puesto que es su Madre. Sabemos que toda Reina está sometida al Rey y el hecho de ser Reina no le quita ningún poder ni dominio al Rey. El título de María es un título que la honra por ser la Madre del Rey, el Señor Jesús.

Pensarán mis amigos protestantes que esta afirmación es un invento o capricho, que tan sólo es un argumento sin valor, sin sustento bíblico. Justo por ellos y por mis hermanos católicos es que a continuación paso a citar referencias bíblicas para fundamentar el título de Reina que tiene la Madre de Jesús.

Cuando el ángel Gabriel anuncia a María que ella concebirá a Jesús, a su vez le hace conocer que El recibirá el trono de David, su padre, y que reinará sobre Jacob por los siglos sin fin.“El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin” (Lucas 1:30-33).

Si Dios Padre ha dado a Jesús el Trono de David – a quien incluso el ángel llama su padre –, es obvio que ese reinado conservará sus disposiciones habituales, mantendrá su estructura, por eso el ángel le llama el “Trono de David”, pues no le dice simplemente que le hará Rey, sino que aclara que ese reinado será en el “Trono de David”. Recordemos además, que el Señor mismo le había prometido a David que su reino permanecería para siempre, que su trono se mantendría firme eternamente.

“Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí; tu trono estará firme, eternamente” (2 Samuel 7:16).

Ahora bien, si estamos de acuerdo en que el reino de David será eterno – por la promesa de Dios mismo – y que Jesús es ahora el Rey de ese reino de David pues fue quien recibió dicho Trono, veamos que en el reino de David, la madre del rey, venía a ser la reina, es por eso que cuando la Biblia habla del inicio del reinado de cada uno de los reyes de Judá – de la dinastía de David –, se menciona automáticamente el nombre de su madre, puesto que ellas eran las reinas y no las esposas. En otras palabras, el reino de David tenía por reina a la madre del rey:

“Y Roboam, hijo de Salomón, reinó en Judá. Roboam tenía cuarenta y un años cuando comenzó a reinar… El nombre de su madre era Naama, amonita” (1 Reyes 14:21).

“En el año dieciocho del rey Jeroboam, hijo de Nabat, Abiam comenzó a reinar sobre Judá. Reinó tres años en Jerusalén; y el nombre de su madre era Maaca, hija de Abisalom” (1 Reyes 15:1-2).

“Ocozías tenía veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó un año en Jerusalén. Y el nombre de su madre era Atalía, nieta de Omri, rey de Israel” (2 Reyes 8:26; 2 Crónicas 22:2).

“En el séptimo año de Jehú, Joás comenzó a reinar, y reinó cuarenta años en Jerusalén; y el nombre de su madre era Sibia de Beerseba (2 Reyes 12:1; 2 Crónicas 24:1).

“En el año veintisiete de Jeroboam, rey de Israel, comenzó a reinar Azarías, hijo de Amasías, rey de Judá… El nombre de su madre era Jecolía, de Jerusalén” (2 Reyes 15:1-2).

“En el segundo año de Peka, hijo de Remalías, rey de Israel, comenzó a reinar Jotam, hijo de Uzías, rey de Judá… y el nombre de su madre era Jerusa, hija de Sadoc” (2 Reyes 15:32-33; 2 Crónicas 27:1).

“En el año dieciocho del rey Jeroboam, Abías comenzó a reinar sobre Judá… y el nombre de su madre era Micaías, hija de Uriel, de Guibeá (2 Crónicas 13:1-2).

“Y reinó Josafat sobre Judá. Tenía treinta y cinco años cuando comenzó a reinar,…. Y el nombre de su madre era Azuba, hija de Silhi” (2 Crónicas 20:31).

“Amasías tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre era Joadán, de Jerusalén” (2 Crónicas 25:1).

“Uzías tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y dos años en Jerusalén. El nombre de su madre era Jecolías, de Jerusalén” (2 Crónicas 26:3).

“Ezequías comenzó a reinar cuando tenía veinticinco años, y reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre era Abías, hija de Zacarías” (2 Crónicas 29:1).

Tal vez me dirán mis hermanos protestantes que en las citas referidas no se habla específicamente de que las madres de los reyes sean las reinas, sin embargo, vale recordar que cuando Betsabé, madre de Salomón – por cierto, quien era rey en el trono de David –, entró a conversar con él, inmediatamente Salomón se postró ante su madre en señal de veneración y además, luego de sentarse en su trono, hizo colocar otro trono a su derecha, para que en este trono se sentara su madre. No se preguntan: ¿quién se sienta en un trono? La respuesta es obvia: sólo un rey o una reina, por eso es un trono, de lo contrario simplemente sería un asiento, nada más. Y si el rey hace sentar a su madre en un trono, es porque su madre es una reina:

“Entró Betsabé donde el rey Salomón para hablarle acerca de Adonías. Se levantó el rey, fue a su encuentro y se postró ante ella, y se sentó después en su trono; pusieron un trono para la madre del rey y ella se sentó a su diestra. Entonces ella dijo: Te hago una pequeña petición; no me la niegues. Y el rey le dijo: Pide, madre mía, porque no te la negaré (1 Reyes 2:19-20).

Pese a lo expuesto, es posible que todavía alguno no quiera aceptar que en el reino de David, la madre del rey es la reina, pues algunos quieren la cita textual, cuando no se dan cuenta de la incongruencia de pedir una cita bíblica para todo lo que creen. Pues, verán queridos hermanos que, sí existe esa cita. En el libro 1º de Reyes y 2º de Crónicas, podemos encontrar que el rey Asa quitó a su madre Maaca el título de reina, porque esta practicó la idolatría. Claramente notamos que no dice que no le dio el título de reina, sino que la depuso de ese cargo, es decir, del título que por ser madre del rey le correspondía.

“Y él también depuso a Maaca, su madre, de ser reina madre, porque ella había hecho una horrible imagen de Asera, y Asa derribó la horrible imagen, la hizo pedazos y la quemó junto al torrente Cedrón” (2 Crónicas 15:16; 1 Reyes 15:13).

Como podemos notar, está claramente demostrado que en el reino de David – el cual tiene al Señor Jesús como Rey – la madre del rey tenía a su vez el título de reina. Siendo así y no habiendo nada que diga lo contrario en relación a cambiar esa prerrogativa que la madre del rey tiene, es natural que nosotros los católicos consideremos a María, madre del Señor, como Reina del Universo, puesto que Jesús es el Rey del Universo.

De ahora en adelante, hermano protestante, yo te pediría que antes de que tú me solicites una cita bíblica en la cual diga que María es Reina, más bien tú me des la cita bíblica en la cual afirme que Jesús le quitó a su Madre, el título de Reina. ¿Dónde dice la Escritura que Jesús le arrebató esa prerrogativa a María? Si Jesús reina en el trono de David, pues por consecuencia su madre es Reina.

Por último, yo te pediría que reflexiones, amigo protestante. La Sagrada Escritura nos enseña que los que pertenecen a Cristo reinarán con El. Tú crees en ello, claro que sí, estoy seguro. En otras palabras: no te escandalizas pensando y creyendo que serás rey junto al Señor, pues su palabra lo dice y, sin embargo, te escandalizas porque nosotros los católicos creemos que María, la madre del Señor, es Reina. ¿No te parece incongruente?

«En efecto, si por el delito de uno solo reinó la muerte por un solo hombre ¡con cuánta más razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia, reinarán en la vida por uno solo, por Jesucristo!» (Romanos 5:17).

«Si nos mantenemos firmes, también reinaremos con él; si le negamos, también él nos negará» (2 Timoteo 2:12).

¿Acaso no se mantuvo firme María junto a Jesús, aceptando ser su madre (Lucas 1:38), en su huida a Egipto (Mateo 2:13-14), buscándole cuando se perdió en Jerusalén (Lucas 3:43-48), acompañándolo durante su vida pública (Marcos 3:32), al pie de la cruz (Juan 19:25), junto a la primera Iglesia (Hechos 1:14)? ¿Acaso María no recibió en abundancia la gracia de Dios, tanto así que el ángel la llamó “llena de gracia” (Lucas 1:28)? Y si para quienes perseveran firmes con el Señor, Él les promete ser reyes para reinar a su lado, ¿por qué te escandalizas tanto, hermano protestante, si a María – que es quien mejor cumple con todas estas características – los católicos la reconocemos como Reina?

¡Bendita sea la Madre de Jesús, María, Reina del Universo!

Autor: Jorge Arturo Rodríguez Reyna[]

El ministerio de Jesús[]

Al comienzo del ministerio de su hijo, se desempeñó como maestra de una boda en Caná, y les dijo a los sirvientes que hicieran lo que Jesús les había ordenado.

María estubo oculta en casi toda el ministerio de su hijo y lo acompañó hasta el final.

La Pasión y Resurreción de Cristo[]

María fue una de las pocas personas que se quedó cerca de Jesús cuando estaba muriendo en la cruz y, desde allí, puso a su madre bajo el cuidado del apóstol Juan. Después de su muerte, siguió a los fieles seguidores que habían llevado su cuerpo para un entierro rápido.

Habiendo visto dónde fue sepultado Jesús, ella y las otras mujeres prepararon perfumes para ungir el cuerpo, pero no se aventuraron en el día de reposo. Cuando llegaron temprano en el primer día de la semana, encontraron que la pesada piedra había sido quitada para revelar una tumba vacía. Dos ángeles declararon que Jesús había resucitado de entre los muertos y, cuando corrieron a contarle a los discípulos, se rieron de ellas.

Uĺtimos años y muerte[]

Sin embargo, después de haber visto y hablado con su Hijo resucitado, observa como ascendía al cielo. Jesús les había dado instrucciones de ir a Jerusalén y esperar la venida prometida del Espíritu Santo. Allí, en el día de Pentecostés, María y los otros discípulos experimentaron el Espíritu de Dios como fuego y viento. A partir de ese momento, María acompañó a Juan como lo haría con su propio hijo.

El nivel de detalle en el Evangelio de Lucas que rodea no solo el nacimiento, sino también la anunciación de la naturaleza del embarazo, indica que el evangelista entrevistó a María en el proceso de escribir el evangelio. Como Lucas era un compañero de Pablo durante sus viajes misioneros, habría realizado entrevistas después de mediados de los años 40. Si este es el caso, María vivió hasta los 60 años.[1]

  • Gén 3:14-16 (Referencia indirecta)
  • Mt 1:16; 1:18-2:23; 12:46-50; 13:55
  • Mc 3:31-35; 6:3
  • Lc 1:26-56; 2:1-51; 8:19-21
  • Jn 2:1-11: 19:25-27
  • Hch 1:14
  • Gál 4:4 (Referencia indirecta)
  • Ap 12:1-6, 13-17 (Referencia indirecta)

Referencias[]

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