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Felipe el Apóstol

Rubens apostel philippus

Datos personales
Nacimiento Finales del siglo I a.C. o comienzos del I d. C.
Betsaida, Galilea
Fallecimiento C. 80 (según apócrifos)
Hierápolis
Familia
Características
Ocupación Apostol
Nacionalidad Israelita
Religión Cristianísmo
Raza Semita

Felipe el Apóstol fue uno de los doce apóstoles de Jesús de Nazaret. Era originario de la ciudad de Betsaida, región de Galilea. No debe ser confundido con el diácono del mismo nombre que aparece en los Hechos de los Apóstoles (6, 5).[1]

Biografías[]

Felipe era seguidor de Juan el Bautista y estaba con él cuando señaló por primera vez a Jesús como el Cordero de Dios. Al día siguiente de la llamada de Pedro, cuando estaba a punto de partir para Galilea, Jesús se encontró con Felipe y le llamó al Apostolado. Fue el quinto apóstol llamado y obedeció la llamada.[2]

En el Evangelio de Juan, Felipe, tras haber sido llamado por Jesús a seguirle, se encuentra con Natanael]] y le dice que han encontrado a aquel de quien habían escrito Moisés y los profetas en referencia al Mesías. Felipe le dice que se trata de "Jesús, hijo de José de Nazaret". Acto seguido Natanael le respondió con ironía: "¿De Nazaret puede salir algo bueno?". Ante esto Felipe le contestó: "Ven y lo verás". Jesús de Nazaret utilizó una expresión parecida cuando los discípulos de Juan el Bautista le preguntaron dónde vivía y él contestó: "Venid y lo veréis". Natanael ha sido identificado por algunos autores cristianos como el apóstol Bartolomé.

Según el hagiógrafo católico Alban Butler, Felipe estaba entre los asistentes a las bodas de Caná.

Antes del milagro de la multiplicación de los panes, Jesús le preguntó a Felipe dónde podía adquirir pan para 5.000 personas y Felipe respondió: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco», lo que puso de manifiesto el realismo de su personalidad.[3] Trajo los panes y los peces a Jesús en la multiplicación de los panes y ayudó a repatirlos.[2]

Aunque Felipe era judío, su nombre es de origen griego, al igual que pasaba con el apóstol Andrés. Posteriormente, Juan Evangelista le menciona como alguien con un vínculo con la comunidad griega, por lo que podría haber sido reconocido por los peregrinos griegos en Jerusalén.[3] Cuando estos griegos en Jerusalén vienen a Felipe y le expresan su deseo de ver a Jesús, Felipe informa del hecho a Andrés y luego ambos llevan la noticia al Salvador (12, 21-23).[2]

Durante la Última Cena, Felipe le dijo a Jesús que les mostrara al Padre Eterno, dándole la oportunidad a Jesús de instruir a sus discípulos sobre la unidad del Padre y del Hijo.[3]

Tradición[]

Al pertenecer al Colegio Apostólico, va a predicar Hierápolis (hoy Turquía) y en la cual muere a edad avanzada, siendo sus restos enterrados en Hierápolis. Según la tradición los restos fueron más tarde trasladados a Constantinopla y de allí a la iglesia de los Dodici Apostoli de Roma, existiendo en la actualidad dos tumbas de un mismo apóstol o bien de dos "Felipes" diferentes.[2]

La Leyenda Dorada dice que, encontrándose en Estiria, fue llevado al templo de Marte, donde le obligaron a hacer un sacrificio a ese dios pagano. Entonces salió de debajo de una estatua del templo un dragón que mató a dos personas entre ellas el hijo del sacerdote y enfermó a varias con su aliento venenoso. Felipe expulsó al dragón del templo, resucitó a los muertos y curó a todos los enfermos, lo que produjo muchas conversiones. Según la Leyenda Dorada, encontrándose en Hierápolis, con 87 años, fue atado a una cruz y lapidado.[3]

Tumba[]

Un equipo de arqueólogos dirigido por el italiano Francesco d'Andria afirmó haber encontrado en Pamukkale, antigua Hierápolis, la tumba de Felipe, uno de los Doce Apóstoles de Jesucristo informó la agencia Anatolia. La actual Pamukkale es un sitio turístico conocido en especial por sus aguas termales, sus rocas sedimentarias y su piedra calcárea blanca, de donde surge el nombre de la ciudad, que significa en turco "castillo de algodón".

La tradición del siglo II referente a él es insegura, tanto más cuanto que se registra una tradición similar respecto a Felipe el Diácono y Evangelista, un fenómeno que debe ser resultado de una confusión causada por la existencia de dos Felipes. En su carta a San Víctor, escrita hacia 189-98, el obispo Polícrates de Éfeso menciona entre las grandes lumbreras, a quienes el Señor buscará el último día, a Felipe, uno de los Doce Apóstoles, que está enterrado en Hierópolis con sus dos hijas, que llegaron vírgenes a la vejez, y una tercera hija, que llevó una vida en el Espíritu Santo y descansa en Éfeso. Por otro lado, según el Diálogo de Cayo, dirigido contra un montanista llamado Proclo, éste afirmó que hubo cuatro profetisas, las hijas de Felipe, en Hierópolis en Asia donde aún está situada su tumba y la de su padre. Los Hechos de los Apóstoles (21, 8-9) en realidad mencionan cuatro profetisas, las hijas del diácono y Evangelista Felipe, como viviendo entonces en Cesarea con su padre, y Eusebio, que da los extractos arriba citados (Hist. Eccl., III, xxxii), refiere a éste último la afirmación de Proclo.

La afirmación del obispo Polícrates tiene en sí misma más autoridad, pero es extraordinario que se mencione a tres hijas vírgenes del Apóstol Felipe, dos enterradas en Hierópolis, y que el diácono Felipe haya tenido también cuatro hijas, y que se diga que hayan sido enterradas en Hierópolis. Aquí también quizá debemos suponer que se haya producido una confusión entre los dos Felipes, aunque es difícil decidir cuál de los dos, el Apóstol o el diácono, fue enterrado en Hierópolis.

Muchos historiadores modernos creen que fue el diácono; sin embargo, es posible que el Apóstol fuera enterrado allí y que el diácono también viviera y trabajara allí y fuera allí enterrado con tres de sus hijas y que estas fueran después erróneamente consideradas como hijas del Apóstol. Los apócrifos "Hechos de Felipe", también se refieren a la muerte de Felipe en Hierópolis. Los restos del Felipe que fue enterrado en Hierópolis fueron más tarde trasladados a Constantinopla y de allí a la iglesia de los Dodici Apostoli de Roma. La fiesta del Apóstol se celebra en la Iglesia Romana el 3 de mayo junto con la de Santiago el Menor, y en la Iglesia Griega el 11 de diciembre.[2]

Hechos de Felipe[]

En los Hechos de Felipe escritos en el siglo IV por un autor contemporáneo a Eusebio, se dice que predicó en Grecia, Siria y Frigia. Así mismo, tanto los Hechos de Felipe como en la Leyenda Dorada, compilada en la Baja Edad Media, dicen que fue martirizado en la ciudad frigia de Hierápolis.

Este libro no canónico cuenta las predicaciones y milagros de Felipe. Tras la resurrección de Jesús, Felipe fue enviado, junto con su hermana Mariamne y Bartolomé, a predicar en Grecia, Siria y Frigia.

Los Hechos de Felipe cuentan con quince capítulos, el último de los cuales está unido a un epílogo sobre el martirio. Hay cuatro "bloques" distintos en esta obra que, según F. Amsler, pueden ser incluso libros escritos de forma independiente y unificados con posterioridad. Estos bloques son el Hecho I, el Hecho II, el bloque de los Hechos III al VII y el bloque del Hecho VIII y siguientes.

Felipe iba a predicar a Hierápolis, en la región de Frigia, junto con su hermana Mariamne y el apóstol Bartolomé. Jesús se le apareció a Mariamne y le dijo que en esa ciudad adoraban a una víbora. Hierápolis se llamaba también Ofiorima, que significa "calle o ciudad de las serpientes". Cuando llegaron a la ciudad fueron azotados con correas, arrastrados por el suelo y, por orden del procónsul, fueron encerrados en el templo de la Víbora. El procónsul hizo que atravesaran los talones de Felipe con dos ganchos y lo colgaron de un árbol a la entrada del templo. Posteriormente, hizo colgar a Bartolomé de las manos en el muro frontal del templo.

Tras esto, el apóstol Juan llegó a la ciudad e intentó ayudar a Felipe. No obstante, Felipe, cansado de los abusos de esa ciudad, hizo que se abriese un abismo que se tragó a siete mil personas incluido el procónsul, a la Víbora a la que adoraban y al propio templo. Se salvaron del cataclismo el cristiano que daba alojamiento a Pablo, toda la familia de ese cristiano y la mujer del procónsul, que se había convertido a la fe gracias a Pablo. Cristo reprendió a Felipe por "devolver mal por mal" y sacó del abismo a todos menos al procónsul y a la Víbora. Hizo descolgar a Bartolomé y le mandó construir una iglesia. Felipe quedó colgado hasta su muerte. Luego pasó cuarenta días en el purgatorio y, finalmente, llegó al cielo.

El martirio de Felipe en Hierápolis se narra en el apéndice final, titulado Del viaje de Felipe el Apóstol: Desde el quinceavo hecho hasta el final, y desde ahí al martirio.[1]

Un códice descubierto en la biblioteca de Nag Hammadi en 1945 contenía un evangelio apócrifo de Felipe escrito a finales del siglo III y traducido al copto a comienzos del siglo IV que fue empleado por los cristianos gnósticos. En la misma biblioteca egipcia se encontró un documento apócrifo de finales del siglo II o principios del siglo III titulado Carta de Pedro a Felipe, donde se narra una antigua historia, no bíblica, sobre Felipe. Este texto comienza con una carta del apóstol Pedro al apóstol Felipe, pidiéndole reunir a los otros apóstoles que estuvieron en el Monte de los Olivos. Fred Lapham cree que esta carta hace referencia una antigua creencia tradicional: "En algún momento entre la Resurrección de Jesús y de su partida con la ascensión frente a sus discípulos, Felipe había emprendido en solitario un viaje misionero y, por alguna razón, le pidieron reunirse con el resto de los apóstoles". Este papel misionero está en sintonía con la tradición posterior, que adjudicó a cada discípulo un papel misionero específico. Lapham opina que el asunto principal, el diálogo gnóstico entre Cristo y sus discípulos, es una inserción posterior.[2]

Iconografía[]

Felipe es asociado comúnmente con el símbolo de una cruz latina.

Al principio se le representaba con un aspecto juvenil, aunque posteriormente se le empezó a representar mayor y barbado. Sus atributos suelen ser una cruz, una piedra, una serpiente en referencia al templo pagano de la Víbora que aparece en los apócrifos Hechos de Felipe, una cruz con dos panes por su respuesta a Jesús en Juan 6, 7., una cesta llena de pan, una cruz patriarcal y un cruz con una escuadra. La primera representación histórica del apóstol Felipe es en un capitel de la iglesia de San Pedro de la Nave, en El Campillo, Zamora, España. Se trata de un relieve visigodo del siglo VII que acompaña a otros similares de los apóstoles Pedro, Pablo y Tomás. En este relieve de piedra se representa a Felipe llevando en sus manos una corona con piedras preciosas. El simbolismo de ese atributo se desconoce.[1]

Referencias[]

  1. 1,0 1,1 1,2 Felipe el Apóstol en Wikipedia.
  2. 2,0 2,1 2,2 2,3 2,4 2,5 San Felipe Apóstol
  3. 3,0 3,1 3,2 3,3 San Felipe en Catholic.net.
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